El proyecto de recuperación de barrios planteado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo debe considerar la participación ciudadana, sobre todo a las organizaciones sociales para que éstas puedan “colonizar” los espacios públicos, plantea el académico de la Escuela de Arquitectura, Rodrigo Aguilar.
El anuncio del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (Minvu), de intervenir 15 barrios vulnerables para evitar que se transformen en futuros guetos, fue analizada positivamente por el arquitecto de la Universidad, Rodrigo Aguilar, quien manifestó que “cualquier iniciativa que emprenda un ministerio que vaya orientada a mejorar las condiciones de equidad en la ciudad, a partir de intervenciones que puedan mejorar el espacio público y revitalizar el tejido social, son acertadas”.
Para el urbanista, el diseño de los barrios chilenos se realiza según el estrato social de los habitantes. “Tenemos ciudades que son muy segregadas. Hay un buen diseño de espacios públicos en áreas de condiciones socioeconómicas altas, pero esto es casi inexistente en áreas vulnerables”, afirma.
Por este motivo, el arquitecto valoró la puesta en marcha de proyectos de intervención en barrios tan estigmatizados como la Legua Emergencia, San Joaquín y Bajos de Mena, en Puente Alto, así como otros sectores de diferentes regiones del país.
“Este proyecto se enlaza con el Programa Quiero Mi Barrio, del gobierno anterior, por lo que ya hay una experiencia previa. Creo que sería interesante que no se deje eso en el olvido y se pueda aprender de la buena gestión o de las falencias que haya tenido, para mejorar sobre todo en participación ciudadana, un aspecto importante para validar las intervenciones”, agrega el profesional.
Participación ciudadana
Para el urbanista es fundamental incorporar a los habitantes de los barrios. “Es muy importante cuando se diseña el espacio público, que exista una identificación de los habitantes y de los usuarios del espacio, por lo tanto, las intervenciones tienen que hacerse con la participación de los vecinos para que, de alguna manera, se apropien del espacio público”.
En este sentido el académico reconoce que “no basta sólo con pavimentar calles. Lo más interesante es que en este diseño urbano se generen puntos de encuentro para que se utilice el espacio público de la mejor manera posible”. Por ello, sostiene, no sólo hay que proveer los fondos para recuperar el espacio físico, también se deben pensar y asegurar los recursos para que las organizaciones sociales puedan operar. “Para mejorar las condiciones de equidad en la ciudad, no basta con intervenciones puntuales, sino que cualquier proyecto enmarcado en esta línea debiese ir acompañado de un trabajo interdisciplinario y de recursos para que las organizaciones puedan “colonizar” estos espacios públicos”, asegura.