- El especialista en transporte urbano del Plantel, Rodrigo Martin, afirma que la medida impulsada por el Gobierno para limitar el uso de autos catalíticos “aumentará la necesidad de un transporte público eficiente, que no existe hasta el momento. No prever esto puede ser catastrófico”. Por su lado, el experto Ernesto Gramsch, afirma que la decisión oculta el problema de fondo: que la gran cantidad de vehículos particulares que circulan se debe a un transporte público que requiere mejoras urgentes.
A través de una indicación sustitutiva, el Gobierno envió al Senado una propuesta para crear una restricción vehicular por congestión para automóviles con sello verde en todo el país. El punto se encuentra ligado a un proyecto de parlamentarios que busca evitar los deterioros a la salud producto del tránsito vehicular, aspecto que también ha sido considerado como clave por el Ministerio de Medio Ambiente para combatir los niveles de contaminación.
Para el experto en transporte urbano de la Universidad de Santiago, Rodrigo Martin, “esta restricción por congestión en catalíticos aumentará la necesidad por un transporte público eficiente que no existe hasta el momento. No prever esto puede ser catastrófico. Se debe potenciar el sistema de transportes para que la medida soporte”.
“Vamos a necesitar un transporte público más eficiente y va a haber que hacer una inversión por ese lado. No basta con incrementar la restricción a catalíticos dejando las cosas tal como están”, insiste el académico del Smart City Lab-Santiago del plantel estatal, centro de investigación abocado a analizar fenómenos urbanos para mejorar la calidad de vida.
El master en ingeniería indica que estas medidas reflejan que las políticas públicas en este ámbito “tienden a verse solo desde un punto de vista, de la descontaminación, olvidando la saturación y la gente que se va a tener que mover igual”.
“El problema de esto es la falta de una visión integral, porque abordar la restricción a catalíticos con un afán de descontaminación es ver la mitad del problema. Hay que tener una visión de la ciudad, donde una autoridad particular decide generar la restricción a catalíticos entendiendo simultáneamente las consecuencias de esa decisión, tomando acciones para permitir el funcionamiento eficiente del transporte público, necesario cuando la gente deje de usar el auto”, apunta Martin.
Respecto al pase diario que pretende implementar el proyecto para que automóviles con restricción puedan transitar en una determinada zona de congestión a través de un pago, sostiene que “es un mecanismo cuyo efecto es relativamente marginal. Lo que produce es cierta elite que tendrá acceso a esos lugares, porque está dispuesta a pagar”.
Además, el académico afirma que “el problema es que nosotros dependemos de un eje central que es la Alameda, que no es un centro al que solo se va por temas de negocios. Si asumiéramos que la comuna de Santiago será tarificada, hay gente que se mueve de todas partes, cruzando por ahí. Tarificar eso sería bastante negativo para el movimiento general de Santiago”.
Restricción por congestión: una perspectiva ambiental
El experto en contaminación ambiental de la Universidad de Santiago, Ernesto Gramsch, reconoció que la medida ataca la principal fuente de emisiones contaminantes, que son los vehículos y su circulación.
No obstante, el doctor en física enfatiza que el problema de una indicación de este tipo es que “la autoridad quiere hacer una ley para resolver un problema que no se soluciona así, sino con medidas. De esta manera, esconden uno de los principales problemas de la contaminación de Santiago: que la gran circulación de vehículos se soluciona mejorando el transporte público, no prohibiendo manejar en tal o cual calle, en tal o cual horario. Con leyes no se logrará, hay que mejorar el transporte”, recalca.
Partidos de fútbol como factor para dictar episodios críticos
Tras los niveles de contaminación que se detectaron el domingo, que habrían aumentado por los tradicionales asados que se realizan para ver los partidos de la selección de Chile, la Intendencia instruyó a los equipos técnicos que decretan estos eventos a incorporar en su decisión el factor de los partidos de fútbol.
Sin embargo, para Gramsch, “darle mucha importancia a los partidos de fútbol no es una buena idea, porque el efecto de estos en la contaminación dura muy poco tiempo”.
“No creo que los partidos de fútbol debiesen ser incorporados como factor en el modelo de pronóstico. Los asados asociados a estos son actividades puntuales de corta duración, no un factor que produzca contaminación que afecte a largo plazo la salud de la gente. Es como estar en una nube de polvo que se levanta por un viento”, sostuvo.
“Los asados gatillaron una emergencia, pero son un caso puntual que afecta por unas pocas horas. Por lo tanto, no es tan fundamental decretar una emergencia por una cosa que afecta de manera puntual y que pasará en un rato. No fue un error dictar la preemergencia”, afirmó el especialista.
En cambio, para el experto si urge incorporar otro factor en el modelo de pronóstico: “las condiciones meteorológicas del día siguiente, porque ocurre que los episodios muchas veces se dictan por lo que ocurrió durante la noche del día anterior”.
“Si las condiciones meteorológicas del día siguiente dan a entender que no habrá un episodio crítico, este simplemente no se debiera dictar”, ejemplifica.